Los finales y comienzos de año suelen ser épocas más improductivas de estudio porque nos distraemos con facilidad y no aprovechamos del todo las horas de estudio. Además, también notamos como el estrés y la ansiedad del estudio van pasando factura.
A pesar de que el estrés lo hemos normalizado, puede tener consecuencias perjudiciales tanto a nivel productivo, como de salud. Por lo que queremos aprovechar este post para darte algunas técnicas de relajación muy sencillas, para que consigas tener una atención más plena y digas adiós al estrés.
Respiración diafragmática
En esta técnica utilizaremos el diafragma para practicar una respiración plena y consciente, muy útil en momentos puntuales donde notemos que nuestros ritmos se aceleran debido a la ansiedad, el estrés, o simplemente por el agotamiento de tantas horas de estudio.
Cuando ralentizamos la respiración y es más profunda, conseguimos grandes beneficios como la disminución del ritmo cardiaco y del nerviosismo, así como un aumento favorable del oxígeno en sangre y la reducción de la tensión muscular.
Para hacer una respiración diafragmática:
- Siéntate en una posición recta pero relajada, sin cruzar las piernas y cierra los ojos.
- Pon una mano en el pecho y otra debajo en el abdomen.
- Comienza las respiraciones muy despacio; inhala por la nariz, y exhala por la boca.
- Céntrate, a través de tus manos, en cómo suben y bajan tu pecho y abdomen.
- Pasados unos minutos, notarás cómo comienzas a relajarte y poco a poco dominarás estas respiraciones hasta que las realices de forma automática.
Relajación muscular progresiva
Es una técnica basada en la repetición de movimientos que tensan y relajan un grupo específico de músculos, una y otra vez. Es de las más completas, y por eso está especialmente recomendada al finalizar el estudio, e incluso antes de ir a dormir.
Es importante tener en cuenta que si al realizar la tensión y relajación continuada de los músculos, éstos se sienten molestos, deberás abandonar la práctica.
Los pasos que deberás seguir son:
- Siéntate con los ojos cerrados y utiliza la técnica de respiración diafragmática.
- Presta atención a los músculos de la cara: tensa y relaja los músculos siguiendo el orden «frente, ojos y mandíbula». Cada fase, tanto de tensión como de relajación, durará unos 10 segundos aproximadamente.
- Después, harás lo mismo con el grupo de músculos «cuello, hombros, brazos y manos».
- Para terminar, tensa y relaja el vientre, los glúteos y las piernas.
Piensa en positivo
Es otra de las técnicas que puedes usar al acabar tu día de estudio y, además puede servirte como recompensa al esfuerzo realizado. Se basa en el control positivo de nuestros pensamientos para generar una emoción positiva y una mayor confianza.
Cuando tenemos ansiedad, es muy difícil tener pensamientos positivos, por lo que hay que controlar este aspecto. Con esta técnica, invertimos los pensamientos negativos y llenaremos nuestra imaginación de escenas agradables con el mejor de los resultados.
Y es que, ten en cuenta de que si vas a inventarte cosas sobre lo que va a pasar en la oposición, ¿por qué no pensar en positivo? Si no desvías la atención de la mente sobre los pensamientos negativos, éstos crecerán y acabarás por creerlos.
Para comenzar con esta técnica:
- Al igual que en las técnicas anteriores, siéntate y realiza algunos minutos de respiración diafragmática.
- Una vez que te notes relajado, túmbate boca arriba, con pies y manos ligeramente separados del cuerpo y estirados.
- Ahora, desecha por completo los pensamientos negativos y crea unos nuevos en positivo, anulando aquellos que te llevan atormentando durante todo el día.
- Si no quieres pensar en las oposiciones, imagina cómo será tu vida cuando tengas tu plaza, dónde vivirás, qué coche tendrás o cómo será tu calidad de vida, y hazlo con todo lujo de detalles.
Es normal que al principio te cueste dominar esta técnica y sientas un poco de ansiedad, pero ten presente que todo es cuestión de práctica y paciencia, así que no tires la toalla.